sábado, 27 de marzo de 2010

III Jornadas sobre Librepensamiento del 16 al 19 de junio de 2010

"Agradecí la comida, pero me habría bastado con la sola presencia de aquél muchacho saludable, pues sentía un hambre mucho más cruel que la del estómago, echaba de menos la compañía de jóvenes, las mejillas sonrosadas y los ojos brillantes que había dejado desde que abandonara Wittenberg para unirme a aquellos viejos de barbas grises. Juntos pasamos un rato agradable, y él, tímido, se retorcía los dedos, se apoyaba en un pie y luego en otro y parloteaba en un vano esfuerzo por disimular su rubor. Al final le di una moneda y se alejó saltando, y a pesar de que la vieja oscuridad regresó en cuanto se hubo marchado, ya no era tan pesada como antes. Después recordé la sensata charla que hubiera querido tener con él, pero era demasiado tarde y ya nunca hablaríamos de ello. Una casa llena de clérigos, todos hombres -¡y para colmo católicos!-, era un lugar peligroso para un chico como aquél..., tan joven, tan hermoso. (Estuve apunto de decir "inocente", pero no sería sincero si lo hiciera. Sin embargo, se que si este adjetivo no se emplea para describirlo a él, debería desaparecer de la lengua, pues carece de sentido. Sé que me explico con acertijos que hay que descifrar. ¡Mi pobre Raphaël!, nos destruyeron a los dos)".
John Banville. Copérnico


Consultar programa en: http://www.jornadaslibrepensamientovoliafai.blogspot.com/